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¿De qué se siente orgullosamente
cancunense y dignamente quin-
tanarroense?
Al llegar y convivir en estas tierras
se siente uno originario aunque
no lo sea. Escogí este lugar para
vivir y eso me hace sentir orgullo;
además, es algo digno pertenecer
a un estado como Quintana Roo.
Cuando acuñó esa frase, ¿en qué
pensaba?
Cuando llegué a Cancún me
percaté que la gente venía con
la idea de hacer un patrimonio y
regresar a su población de origen,
cosa que no sucede. Entonces
quise hacer sentir a todos ellos
que ya no eran michoacanos, ni
jaliscienses, ni guanajuatenses, ni
del DF, sino que eran cancunenses
porque tenían hijos nacidos aquí,
trabajo o negocios establecidos.
¿Y usted, conoce a sus vecinos?
Los conozco más o menos. Esa fue
otra campaña que hice, porque
también me percataba que
cada quien llegaba y se aislaba
en su apartamento, de ahí tantos
suicidios y tantas situaciones
trágicas. La gente que venía se
encontraba que no tenía amigos,
así que sentí la necesidad de que
conocieran a sus vecinos para
que pudieran tener una vida
social en común.
Por ahí le dicen “don Nini”… ni tan
Gastón ni tan Alegre.
Es todo lo contrario, porque soy
muy alegre… Es un apodo que
le dimos a un amigo nuestro, que
decían que no era ni una cosa ni
otra, ¡ahora me lo estás achacan-
do a mí!… Gasto lo suficiente, no
despilfarro y sigo siendo alegre…
la alegría mantiene vivas a las
personas.
¿Abogado antes que comunica-
dor?
Apenas estoy empezando a ser
empresario, pero abogado me
siento desde el principio. Me con-
sidero uno de los más respetados
en el país, con prestigio interna-
cional; además soy el decano de
los abogados, no sólo de Cancún
sino de Quintana Roo y la penín-
sula, ya que no hay abogado
mayor que yo en el ejercicio
profesional. Hay muchos mayores
que yo en edad, pero ejerciendo
la profesión no. Me recibí el 8 de
julio de 1955, ya tengo 58 años
de ser abogado, titulado y con
cédula profesional.
¿Ha perdido algún caso?
Casualmente no he perdido
ninguno, dos personas de mi des-
pacho sí, pero se recuperaron. Soy
un abogado triunfalista; es jactan-
cioso decirlo, pero es verdad.
¿Entre abogados te veas?
Eso lo dicen los clientes, porque se
sienten defraudados e incom-
prendidos. Es dicho de la gente,
no de los abogados.
¿Como empresario de la comu-
nicación, qué se siente tener el
sartén por el mango?
No sé, nunca lo he tenido.
¿Dónde aprendió a hablar maya?
Estoy aprendiendo todavía. Estoy
tratando de tomar clases de
maya y poco a poco la estoy
practicando.
¿Qué se siente ser Gran Tatich?
Un gran orgullo. Es un título que
me dieron los hermanos mayas,
primero de Nohoch Dzul (gran
caballero), luego Nohoch Suku´un
(hermano mayor), que por cierto
sólo hemos sido dos personas, el
general Lázaro Cárdenas y yo, y
Nohoch Tatich, que parece ser
que soy el único, blanco.
¿Sus aspiraciones políticas siguen
burbujeantes o ya se evaporaron?
La única aspiración política que
tengo es el servicio a la comuni-
dad, pero sin cargo alguno.
Quitasueños
Nada de ´ni ni´, es todo lo contrario, porque soy muy alegre… Es un
apodo que le dimos a un amigo nuestro, que decían que no era ni una
cosa ni otra. Gasto lo suficiente, no despilfarro y sigo siendo alegre… la
alegría mantiene vivas a las personas
Gastón
Alegre
Entrevista: David Guzmán
Fotografía: Ariadna Servín
Abogado, empresario
radiofónico y hotelero
enamorado de las aguas
turquesas del Caribe
mexicano.
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