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DIEGO
DE LA PEÑA
Entrevista: David Guzmán. Fotos: Esteban Torres.
Dicen por ahí… Di-ego, y apareces tú. ¿Es
cierto?
Sí. Nada más que no es Di-ego, es Diego,
el ego no existe para mí.
¿Cómo te defines: vanidoso o metro-
sexual?
Soy un hombre totalmente normal.
¿Qué es lo que más te disgusta de tu
apariencia?
Nada, y creo que a los demás tampoco.
A mi edad estoy muy bien, hago bastante
ejercicio.
¿Y qué es lo que más te gusta?
La risa. Tener una sonrisa en la boca es
importante.
¿Así como los caballeros las prefieren
rubias… las rubias cómo prefieren a los
caballeros?
Muy galanes, bien vestidos y con buen
cuerpo.
¿Cuál es la cualidad que más te gusta de
una mujer?
Primero te vas por el cuerpo, su sonrisa y
su carácter. La inteligencia es importante,
pero siempre por el ojo te entra la mayor
parte de las cosas.
¿Y en un hombre?
Su talento, su generosidad, la forma de ser,
su amistad...
¿Se puede envejecer al natural, o es vá-
lido echarse una ayudadita?
Creo que envejecer al natural es lo más
correcto, pero te tienes que ayudar con
algunas cosas, como yo, con ejercicio dia-
rio. Soy alérgico a las cremas, así que no
uso, sólo me pongo aceites cuando ando
en el barco para no quemarme tanto.
¿Cuál es el colmo de la infelicidad?
Yo creo que la tristeza y algunas veces
el rencor… como que no deben ir en los
humanos. Debemos ser abiertos y nunca
tener esas cosas tan feas.
¿Cuál es el defecto que más odias de ti
mismo?
A veces hablo demasiado, pero no me
arrepiento. No te puedo decir que no ten-
ga defectos, porque todos los tenemos,
pero no son significativos.
¿Cuál es el defecto que más odias en
otros?
La gente hipócrita, me alejo de ellos; la
gente que habla demasiado, sin pensar,
no me gusta, pero en general soy compla-
ciente con todos.
¿Qué aprecias más de tus amigos?
La sinceridad. Para ser amigo tienes que
querer a alguien. Un buen amigo es al
que quieres, al que respetas y te respeta,
aunque es mejor dar que recibir.
¿Tu color favorito?
Azul marino.
¿Cómo te dicen tus amigos?
De chico me decían Agamenón, una de
mis tías me puso ese apodo. Me gusta
tanto que así le puse a uno de mis barcos.
¿Cuándo mientes?
En son de chiste o cuando me pescan en
alguna cosa rara, que no me puedo dis-
culpar y sale una pequeña mentira, pero
ser mentiroso no, mentiras de profundidad
no.
¿Qué no perdonarías?
Me han hecho tantas cosas y las he per-
donado, que nunca me ha llegado algo
que no pueda perdonar.
¿Qué te hace reír?
Todo. Tu me estás haciendo reír ahora con
tanta pregunta.
¿Qué te hace llorar?
Las penas. Sobre todo cuando alguien
sufre por dolor. He llorado poco en mi
vida porque he sido muy afortunado. A
mis seres queridos cercanos, mis padres,
mis abuelos, algunos grandes amigos,
les he llorado cuando han muerto. Llorar
también es benéfico, te purifica y te hace
sentir mejor.
¿Cuál es tu miedo más grande?
Que se deshaga mi familia, que se muera
alguno de mis hijos. Yo no temo morir.
¿Para ti qué es un buen insulto?
Simplemente no darle la cara, voltearte
cuando te están hablando. Sin ofender a
nadie, simplemente te volteas…
¿Cuál es tu idea de la fidelidad?
Otro día te la contesto.
¿Crees en la inmortalidad del alma?
Hay tantas cosas en la iglesia que puedes
creer o no, que como no está demostra-
da la inmortalidad… ¿Quién va a demos-
trarte?… Soy un hombre muy práctico.
¿Cuál es su filosofía de vida?
Trabajar a tu medida, disfrutar con la
familia o con los amigos; saber descansar,
viajar…
¿Para ser exitoso en los negocios no hay
que tocarse el corazón?
Siempre hay que tocarse el corazón. Es
muy importante tener el corazón y la
mente abiertos, porque si no, no sirves
para nada.
¿Donde manda capitán no gobiernan
marineros?
Eso va de acuerdo a la época. Ahora soy
el capitán de mi grupo, pero ya mis hijos
me han superado y les cedo varios de los
mandatos de mi empresa.
QUITASUEÑOS
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