28 de junio 1980 – 18 de octubre 2020
“Siempre escuchaba a la gente decirte que eras un ángel, que tenías una luz única y que eras tremendamente encantador. Estoy agradecido con la vida por permitirme ver y vivir todas tus facetas, abriste tus alas y volviste a la fuente, ahora te encuentras en compañía de Don Ro, al que tanto amaste, admiraste y extrañaste. Estoy triste porque te extraño como nunca imaginé que lo haría, pero mi corazón se desborda de felicidad al saber que eres feliz, pleno y gozas de la paz que tanto anhelabas. Por siempre te llevare conmigo mi Rodri… Llevo tú corazón, lo llevo en mi corazón.
Ignacio Santiago Gómez
“Ro… recuerdo esa plática que nos unió, en la que me tuviste confianza de querer mi opinión para abordar un tema con tu familia, en la que me demostraste tu valentía de querer afrontar las cosas como eran en ese entonces. Me dio gusto verte feliz tiempo después. Gracias por los momentos que compartimos, ¡Gracias! Just you… quedó esa llamada pendiente pero sé que ahora estás en paz y que algún día nos volveremos a ver”.
Edgar Castro
“Hace algunos días me llamaste porque notabas tristeza en mi mirada, a través de mis fotos. Que gran intuición tuviste, esa noche descubrimos que teníamos cosas en común, pero eran tan motivadoras tus palabras que me dieron fuerza, tranquilidad y mucha reflexión. Gracias Ro Alpuche, al parecer ya nos habíamos conocido en otras vidas y nuestros karmas estaban resueltos, porque no hubo necesidad de convivir mucho para sentir que nos conocíamos a la perfección. Le doy gracias a Dios que me diera esa oportunidad de recibir lo mejor de tí en tus últimos días, y es increíble lo que le dejaste a cada una de las personas que se toparon por tu vida y no fue por casualidad. Yo estoy seguro que estás ya muy cerca de Dios. Porque te lo mereces”.
Ariel Alejandro Loya
“No puedo impedir pensar en todo esto que está pasando, recuerdo hace cinco años haberte conocido Ro Alpuche en ese momento venías saliendo de una relación muy larga en tu vida, sin embargo, tratabas de ver hacia adelante, empezamos a salir y todo estaba bien, eras un partidazo como diría la abuela, guapo, joven, me invitaste a pasar unos días y acompañarte a un evento que habías organizado en el hotel Iberostar Cancún de la universidad donde trabajabas, estando ahí la segunda noche nos avisan del fallecimiento de Don Ro, tu padre, fue un momento super difícil y lo único que supe hacer fue abrazarte, fuimos a Chetumal al funeral, todo muy triste pero uno piensa que la vida tiene y debe de continuar, y creo que tu vida se detuvo en aquel momento, tu trabajo en la universidad se terminó y durante los siguientes ocho meses trate de hacer lo posible por ayudarte en lo que en ese momento pensé que podía hacer, hoy los remordimientos me nublan la cabeza, por qué estuve ahí cuando todo se te vino abajo y no me di cuenta de lo profundo de la depresión en la que caíste, nos vimos unos días antes de la pandemia, siempre nos mantuvimos en contacto y hace un par de días hablamos, siento que te fallé, quisiera regresar el tiempo para hacer hasta lo imposible por ayudarte a encontrarle un sentido a tu vida, pero el hubiera no existe, nos debe de quedar claro que la depresión no es algo que se debe de toma a la ligera, ahora me entero de algunos otros detalles que desconocía derivado de mi falta de cercanía en los últimos tiempos o quizás mi falta de interés en algo que no quería enterarme pues de alguna manera lo había apartado de mi vida.
Tengo que confesar que en momentos muy oscuros de mi vida alguna vez hace muchísimos años tuve pensamientos autodestructivos, no estoy orgulloso de eso pero sí puedo decir que siempre han venido tiempos mejores y que todo tiene una solución en esta vida menos la muerte.
Siempre me echaste muchas porras y nuestra relación empezó tu siendo fan de mis covers, mucho antes de conocernos en persona, recuerdo los mensajes que me mandabas y que tenías listas de reproducciones con canciones de varios artistas pero venían muchos covers míos, quisiera creer en mí como tú creías en mí, y con esa fuerza haber creído en ti; lo siento mucho, mi alma está rota. Dejo aquí está canción ya que es la misma que me pediste que cantará aquel día que despedimos a tu papá en Chetumal, estoy seguro que estás descansando y estás finalmente con tu tan amado Don Ro!
¡Hasta siempre!
Pedro Abraham Samper Stephano
“Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir. T. Cambell” Aún no puedo creerlo, me hubiera gustado tener la oportunidad de conocernos más, pero con lo poco que te conocí, me di cuenta que eras una gran persona. Te nos adelantaste, pero nos volveremos a encontrar DEP”.
Fer Cdt
“Mi queridísimo Ro Alpuche… Elegiste trascender y regresar a la fuente, recuerdo perfecto cada momento desde que nos conocimos, cada plática, cada abrazo, cada sonrisa, cada momento en que salimos, las pláticas de la vida, fui testigo de tu despertar espiritual, también de cómo comenzaste a querer salir adelante pese a todo lo que ocurría dentro de ti y al final, elegiste liberarte del cuerpo físico para volver a casa. Gracias por todo lo aprendido a tu lado, buen viaje de regreso al hogar y nos vemos en su momento. Te abrazo con el alma amigo hermoso”.
Lico Sapdaz
“Gran amigo, ex compañero de trabajo, fiestas, reuniones, proyectos; eres de las personas que más afecto ha brindado a la gente que he conocido. Hoy partiste, pero siempre estarás con nosotros. Tu sonrisa y buena vibra, se quedarán en nosotros por siempre. Gracias Ro Alpuche”.
Un abrazo hasta el cielo.
Juan Carlos González Macías
“No existen palabras que puedan consolar el dolor para una madre. Estamos con ustedes y te abrazamos con mucho amor y respeto querida Adelita Sánchez Silva, como también a nuestras queridas Barbi y Andi Alpuche. Descanse en paz un bellísimo ser humano. Siempre en nuestros corazones querido Ro Alpuche”.
Mary Hadad
“QEPD Ro Alpuche. Siempre te recordaré con esa gran sonrisa y actitud que te caracterizaba, estoy seguro que nos volveremos a encontrar, mi más sentido pésame para toda tu familia”.
Christian Cámara