18 diciembre 1968 / 19 noviembre 2021
Ricardo, Diablo, Dady, Willy, Rugo y mil formas más de decirte se me ocurrieron en más de 24 años… Hoy te has despedido de este plano para volar muy alto.
Te vamos a extrañar muchísimo, pero sin duda a todos los que tuvimos la suerte de conocerte nos dejaste una huella imborrable en el corazón. Siempre feliz, sonriendo, animando a los que la pasaban mal, amabas tu trabajo sirviendo a otros y eras un ejemplo de humildad y sencillez de corazón.
Ese enorme corazón te hacía único y hoy ese corazón se paró para llevarte a un mejor lugar. Sin duda ha habido fiesta en el cielo por tu llegada. Hoy estás con Dios y estoy segura que no hay mejor lugar que con EL. Ahora nos cuidarás de diferente forma y serás un ángel que estará siempre pendiente de lo que sabemos que más amabas: Tu Familia.
¡Gracias por tanto y que seas muy feliz en tu nueva vida!
Marcela Osorno