El día 2 de julio del 2023 a las 5:30 pm, me convertí en tía. En el instante en el que este ser de luz pisó la tierra, todos cambiamos. Mi mamá se convirtió en abuela, mi papá se convirtió en tocayo de su nieto, mi hermana se convirtió en tía, mi cuñado se convirtió en papá y mi hermana mayor se convirtió en mamá, y todo esto pasó en cuestión de un segundo. A las 5:29 pm, todo mi alrededor era diferente, pero en el momento que cambió el reloj, sonrisas genuinas surgieron. Un pequeño destello de cielo, con tan sólo 2.9 kg, 52 cm y sin decir ni una palabra, cambió el curso de lo que somos. Una vida que vino a iluminar a miles de vidas y que cambiará a miles de vidas más.
Cuando nos enteramos que mi hermana ya estaba teniendo contracciones, tomamos el primer vuelo disponible, ya que ella se encontraba en otra ciudad. Ansiosos en el aire a punto de aterrizar, el piloto dio un mensaje a la cabina, “Buenas tardes pasajeros. Nos encontramos con mal clima encima del aeropuerto de aterrizaje. Tendremos que volar una hora arriba hasta que la tormenta se mueva y podamos aterrizar.” Estábamos nerviosos porque nos llegó un mensaje que ya estaba empezando el parto y podía nacer en cualquier momento, pero decidimos confiar en nuestros alrededores. El bebé estaba aquí en el cielo con nosotros, y sabía que todavía no habíamos aterrizado y confiamos nos iba a esperar.
Nos estaba vigilando y cuidando desde antes de las 5:30 pm. Su eternidad no es lineal. Siempre ha estado y siempre va a estar.
Por fin aterrizamos, una hora y media después de lo planeado. Mantuvimos la calma hasta que tocó recoger las maletas en el carrousel, “Bienvenidos al aeropuerto. Tendremos un poco de retrasos en la salida de las maletas por la tormenta.” ¿Qué tanto retraso puede haber en recoger tu maleta? Contaba cada segundo de cada minuto, creyendo que iba a pasar más rápido, pero mi técnica resultó contradictoria. Tardó 40 minutos en salir mi maleta, pero para mí fueron cuatro horas. Tomamos un taxi y fuimos directo al hospital. Llegamos a las 5:15 pm, 900 segundos antes de convertirme en tía. No me hubiera imaginado que en el momento que pise en el hospital sólo tenía que contar a 900 para darle la bienvenida al mundo a este pedazo de cielo. Definitivamente bebé Alán nos estaba esperando. Sabía que era un momento en el cual todos íbamos a explotar de amor, y se aseguró que sus tías estén presentes para recibirlo con los brazos abiertos. En el corazón de todos nosotros, tienes un hogar bebé. Eres el ser humano más pequeño, pero más grandioso que he visto.
Es mágico pensar que algo tan pequeño pueda hacer una diferencia tan grande. Con sólo verte, ya compartes vida y energía. Te deseo que el universo siempre te proteja, pero te aseguro que tu tía y el resto de tu familia siempre te va a proteger.