Pedro Eugenio Larrañaga Deveaux

16 julio 1946 / 14 noviembre 2022

No te fuiste papito… Sólo te adelantaste en tu viaje, mientras tanto vivirás en mi corazón y en el de todos los que te amamos.

Dos meses de pelear una batalla épica que no entiendo ni me toca entender. Lo que sé y entiendo que fuiste un papá maravilloso, mi vida está formada y llena de tu amor: de besos, de abrazos, de charlas, de risas, viajes, aventuras y momentos cotidianos entrañables… pasarme a tu cama todas las mañanas, y luego llevarme a la escuela cantando, ver los deportes junto a ti en el reposet y más grande verlos en los estadios; los viajes a parques, acuarios y zoológicos. Ir de campamento los fines de semana y viajes largos en la camper en vacaciones, la playa en Veracruz, Acapulco y claro irnos a Cancún, esquiar en las mañanas y salir a pescar todos los fines de semana y comer tu ceviche de dorado. Crecer con un papá que fue mi mejor amigo, mi confidente, mi cómplice, mi protector. Hoy como adulta entiendo que me consentiste en exceso, más tu ética de trabajo y esfuerzo templaron mi carácter también. 

Gracias por dármelo todo, gracias por darme lo mejor de ti, gracias porque siempre y a pesar de todo siempre pude contar contigo, gracias por mi familia maravillosa y por mi nueva familia maravillosa. Tu legado vive en las mujeres que te amamos y te amaremos siempre… en Cruz en mi mamita, en mis tres hermanitas, en mí: tus Carmelas y Guadalupes… en tus cuatro hermosos nietos dos Pedros por fin coquetos y pícaros como tú y tus preciosas intensas (voy derecho) Maca y Pao. Mi familia Larrañaga es el tesoro más grandioso que tengo de ti. 

Lo hiciste genial Pedro Eugenio, nos diste una gran vida, nos llenaste de amor y vamos a estar unidos para honrarte y honrar tu legado. ¡Buen trabajo workaholic, buen trabajo papito! Eres infinitamente amado por mí, por todas nosotras, por todos nosotros, eres amado con todo el corazón. Hasta pronto papito adorado.

Aurea Larrañaga

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