Paulina Donatt… Diseñadora
Por Esteban Torres P.
De todas las opciones que te ofreció la vida, ¿cómo llegaste al diseño de modas?
“El diseño de modas me siguió desde muy pequeña, mi tía estudiaba eso y me enseñó a dibujar figurines de moda, desde ahí siempre supe que algo me quería decir la vida. Cuando terminé la preparatoria tomé un año sabático, entré a Ciencias de la Comunicación en La Salle y casi a final del semestre descubrí que no era mi carrera, encontré una universidad nueva que tenía diseño de modas, y sin dudar me cambié de universidad, es como si la vida la hubiera puesto para mí”.
¿Cómo se fue trazando tu futuro en el lienzo de tu vida?
“Como si la vida supiera lo que era bueno para mí, puso una universidad con la carrera que yo deseaba en el momento perfecto”.
¿Cómo fue tu preparación profesional para llegar a tu meta y crear tu propia marca?
“Antes de terminar la universidad decidí comenzar a hacer colecciones y desfiles de moda, en un momento crucial en la vida de Cancún, hablando específicamente de moda, donde estaba en auge este tipo de eventos. Tomé la oportunidad de lanzar la marca antes de terminar la carrera para salir de esta, con un camino en la moda ya avanzado. Y mi marca ha sido siempre mi esencia total”.
Tenías algún Plan B en un momento dado y ¿por qué?
“No en realidad, permití que la vida fuera marcando mi camino, todo se dio de una manera espectacular, era mi sueño hacer pasarelas y desfiles, no me veía haciendo otra cosa, aunque en algún momento de mi vida pensé en dedicarme al Derecho”.
Si bien Cancún es una ciudad donde la moda es una industria dirigida más a la ropa de playa, cómo definiste tu mercado, tu estilo y tus objetivos en general…
“Siempre he pensado que la moda es simplemente magia, para realizar mis colecciones siempre tomé como puntos importantes el clima de Cancún, lo que está pasando en ese momento en este destino turístico y sobre todo mi esencia siempre destacando en cada una de las prendas, para destacar como diseñador de modas siempre tienes que respetar tu estilo y esencia”.
¿Qué pasaba en la mente de Pau cuando comenzaba a diseñar en ese entonces? ¿Qué parte del guardarropa femenino se convirtió en tu placer y cuál en tu dolor de cabeza?
“Mi cabeza era una locura, estaba llena de sueños, de ideas, poder lanzar mis colecciones antes de culminar la universidad me permitía tener la creatividad y el conocimiento a flor de piel. Moría de emoción por poder mostrarle al mundo lo que yo podía hacer, lo que tenía para dar, lo que mi mente y corazón podían plasmar en una colección, cada colección pasaba por un proceso creativo minucioso y diferente.
“La parte del guardarropa femenino que amaba eran y siguen siendo son los detalles, poder jugar con la feminidad, el romanticismo y a la vez la fuerza que podía plasmar en cada uno de mis diseños, siempre marcando siluetas. Me enfoqué en vestidos para salir a eventos, piezas clave para el contexto de moda que estaba viviendo Cancún en ese momento. Mi dolor de cabeza honestamente siempre fueron los vestidos de novia, no por los vestidos sino, por los procesos emocionales de las novias, ¡wow! cuán complejo podía llegar a ser complacer todas las ideas y expectativas con las que llegaban las novias a mi atelier, y qué decir de los vestidos de las damas de honor, muy complicado, puedo decir sin duda que no extraño diseñar para novias”.
Y llegó el día de presentar tu nombre en pasarela, ¿cómo fue?
“Sólo de recordarlo puedo sentir emoción, cada momento del proceso creativo de la primera colección, demasiadas ideas juntas, queriendo plasmar muchas ideas en una misma colección, a la par ir trabajando en la logística de mi primer desfile de modas que fue la primera pasarela en Cancún sobre una alberca, fue increíble el apoyo que tenía; mi pareja de ese momento fue pieza clave desde que inicié la universidad y de mi carrera profesional, sin su apoyo e impulso no creo haberlo podido lograr, mi familia y amigos siempre a mi lado, los medios de comunicación, sin yo tener una trayectoria, jamás faltaron a mis desfiles, tenía al universo completamente de mi lado diciéndome que yo podía lograrlo y que ese era mi camino.
“Mi primera colección se llamó “Muñecas“, era una colección completamente femenina, llena de color, de esa recuerdo perfecto haber bordado todo yo, fue una locura, varios de los diseños tenían detalles en bordados en piedras Swarovsky, sin duda una colección llena de contrastes, por un lado telas vaporosas y por otro tafetas, para darle estructura a vestidos más complejos.
“La primera vez que caminé sobre una pasarela, no podía con la emoción, demasiados sentimientos en una misma noche, por un lado era un estrés brutal combinado con ese sentimiento de felicidad y un sentimiento al que ahora no puedo ponerle nombre, era demasiado, lloré de estrés y después de felicidad”.
¿Cómo lograste hacerte de un nombre sin morir en el intento?
“Haciendo y no pensando, ahora que puedo recordar casi todo fue así, pensar menos y hacer más, confiando en mí, en mi talento, en qué estaba haciendo justo lo que yo amaba y que nada podía salir mal, tenía un pilar a mi lado que era clave: mi pareja, un empresario exitoso que confiaba en mí y que me impulsaba, me apoyaba y me jalaba hacia arriba siempre. No me permití parar aunque las cosas se pusieran difíciles, Cancún no estaba preparado aún para un tema más exclusivo y personalizado”.
¿Cuánto tiempo estuviste picando piedra hasta que tu nombre fue reconocido?
“Es una pregunta compleja, en realidad en tiempo no lo sé, pero el haber hecho el primer desfile en Cancún sobre una alberca y hacer desfiles de moda cada temporada, aceleró el proceso, y sin los medios de comunicación y las personas que estuvieron a mi lado en ese tiempo fueron, sin duda la clave para ello. El tiempo es relativo, en realidad creo que fue más rápido de lo esperado y no puedo más que decir, gracias infinitas”.
Y después qué pasó con Pau… ¿Cerró el telón de las pasarelas definitivamente?
“Al año de terminar la carrera abrí mi boutique en la avenida Bonampak. Al paso del tiempo algunos problemas personales me llevaron a detener esa faceta de mi carrera. Fue duro no diré que no, pero eso me llevó a pasar a otra faceta de mi vida que también amé, que fueron las relaciones públicas para eventos masivos y conciertos. Esa espina sigue ahí, así que retomaré algún día las pasarelas, digamos que es un sueño en pausa”.
¿Cómo fue tu acercamiento a la moda infantil?
“Esa idea nació en un momento de duelo sentimental y profesional, me sentía perdida, pasaba noches en vela pensando hacia dónde dirigir mi vida profesional. Una noche a las cuatro am entró en mi cabeza la idea de hacer vestidos para niñas, fue como una bocanada de aire fresco, sentir que era lo que deseaba hacer, recordé que en la universidad hice colecciones completas de vestidos de niña y sentía que mi estilo y esencia podían ser llevados perfectamente hacia ese nicho y encajar a la perfección. Esa noche se gestó Little Princess”.
Son diseños tuyos, son maquila en serie o ¿cómo concibes tu nueva producción de moda?
“Empecé como alta costura para niñas y por costos y falta de personal calificado decidí transitar a la producción de las colecciones con fábricas de China. En el 2020 justo antes de la pandemia viajé a China para conseguir proveedores y fábricas que realizan la producción exclusiva para Little Princess, el 50% son diseño mío, el otro 50% es de las fábricas con las que trabajo”.
¿Cuál es ahora el futuro de tu marca?
“Mi plan es poner tiendas físicas en las principales ciudades del país, y crecer internacionalmente. Nacionalmente ya tenemos página web y envíos nacionales”.
Esta nueva vertiente de tu vocación te llena o ¿qué parte del corazón le llena a Pau?
“Amo infinitamente mi trabajo, el tema de las niñas es algo que me llena de magia, su sonrisa, sus reacciones orgánicas al entrar al showroom y ver los vestidos, es un regalo poder trabajar con esa energía llena de inocencia”.
¿Regresará Pau al pret-a-porter o bien nos dará la sorpresa con diseños de alta costura?
“Más adelante sí; me encantaría retomar mis inicios y sentir la magia inigualable de las pasarelas que extraño muchísimo”.
Detrás del aparador…
¿Cuál es tu diseñador favorito y por qué?
“Elie Saab es mi diseñador favorito por siempre, la elegancia de sus vestidos de alta costura, de belleza infinita, la feminidad que maneja, los bordados, los detalles únicos en cada colección, es un deleite total”.
¿Cuál ha sido la “mejor puntada” que te ha dado esta profesión?
“Poder crear con base a la locura del momento, hacer magia y ver esa misma plasmada en una obra de arte, poder jugar con telas, formas, emociones y momentos”.
¿Cómo has “parchado” lo más grave que has echado a perder? (En la vida…)
“Siempre que algo grave me pasa primero lloro, pero después saco fortaleza que no sé de dónde viene y lo soluciono”.
¿Con qué tipo de tela (personas) nunca aplicarías tu profesión?
“No volvería a trabajar con novias, definitivamente”.
¿A qué celebridad te gustaría darle algún consejo de moda porque desde tu perspectiva, nada le acomoda?
“A Galilea Montijo, su estilo siempre ha sido lleno de excesos, colores, formas, escotes, muchos accesorios; le quitaría unas cuantas cosas antes de salir de casa”.