26 mayo 1943 / 31 agosto 2024
Gracias Dios por haberme dado a la mejor madre del mundo. Te agradezco también por su larga y muy plena vida, fue un regalo maravilloso y gracias, sobre todo, por el tiempo que me fue concedida. Vuela alto mi reina, me consuela la certeza de saber que un día nos volveremos a encontrar, mientras tanto, sé perfecto que le platicaras a Dios cosas buenas de mí.
Te amo mamita. Mi amor eterno.
Larissa Basáñes Cobos