La nieve cae. Las chimeneas se encienden. Un cálido copo de nieve y todo nuestro aura cambia. Construimos un escenario perfecto para poder sentirnos cómodos dando y recibiendo amor. Nadie se va a burlar de nosotros en este ambiente. El mes de diciembre es un mes de comodidad para expresar lo que sentimos y lo que queremos sentir. Dejamos el miedo atrás y abrazamos a todas las personas que tenemos cerca. Decidimos vivir el presente y prepararnos para el futuro. A veces necesitamos un empujón, un pretexto, para tomar estas decisiones para mejorar como persona. No está mal, yo creo que está en nuestra naturaleza humana agarrarse de estos pretextos para tomar un paso adelante sin miedo a lo desconocido. Y si eso es lo que nos sirve, pues adelante y agárrate lo más fuerte de este mes de diciembre, que casi todos nosotros lo usamos de pretexto para poder pisar tierra, pensar en nuestros propósitos y ponerlos en acción. Aprovechemos esta magia que todos creamos para poder soñar despiertos. En diciembre nos ponemos a pensar de lo rápido que pasó el año y lo crucial que será el siguiente año para poder disfrutar al máximo del tiempo que vuela cada vez más rápido. Estos pensamientos nos pueden causar ansiedad, pero tenemos el poder de convertir esta ansiedad en emoción. Es demasiado emocionante no saber qué nos espera en el futuro, pero es todavía más emocionante darse cuenta que tenemos voz en ese futuro,ya que al final es nuestro futuro. El destino puede ser real, o no. Nunca lo sabremos. Podríamos empezar una discusión infinita acerca de si estamos destinados a hacer algo, o si nuestras decisiones no influyen mucho. Yo pienso que hay múltiples destinos, y al final, tú tienes el poder de decidir cual camino quieres tomar para llegar a uno de estos destinos. Yo creo eso, pero tú puedes creer otra cosa, y, al final, no creo que importe mucho. Si el destino existe, le pido a Dios y al universo que por favor mi destino sea cumplir mis sueños. Pero si no existe, no me importa mucho, ya que no necesito que el destino decida por mí. Si yo decido cumplir mis sueños, los voy a cumplir. Si el destino me respalda en mis decisiones, me llamare afortunada, y si no, me llamare luchadora.
El mes de diciembre es un mes de pretextos, pero si le sacamos jugo, podemos conseguir magia gracias a esos pretextos. Encontramos magia en el pretexto de pasar tiempo en familia, pretexto de dar y recibir regalos, pretexto de disfrutar la comida sin importar tu peso, pretexto de bailar y cantar sin importar las miradas, pretexto de visitar a tus abuelos, pretexto de disfrazarse de santa claus, pretexto de usar pijama todo el dia, pretexto de ver películas navideñas, pretexto de sonreirle a desconocidos, pretexto de amarte a ti y a todos los que están alrededor. Todos estos pretextos son mágicos, pero definitivamente el destino no será un pretexto en el año 2024, porque todos vamos a cumplir nuestros sueños, siendo afortunados o luchadores, pero juntos.
