“Siempre me sentí atraída a la medicina, pero cuando me adentré en la dermatología descubrí que no sólo son granitos y cuestiones estéticas, sino también situaciones médicas muy serias y además, que razón tenía mi padre porque esta especialidad me permitiría realizarme profesionalmente y por el lado personal también como mamá, tendría tiempo para mí y realizar funciones de esposa a la vez”.
Por Esteban Torres P.
“Yo quería ser cardióloga, pero mi papá, Arturo Contreras, me preguntó ¿cómo imaginaba mi vida en el futuro? Refiriéndose obviamente a la vida de un doctor atendiendo urgencias a media noche, sin hora de salida por los muchos pacientes, y yo le respondí que sí, que ese era el estilo de vida que quería vivir; yo sentía que para eso había nacido, pero sin desanimarme y continuando con la charla escuchándome como todo padre e hija, me preguntó si eso lo iba a poder combinar con el resto de mi vida; incluso me hizo la observación si ya tenía planes de vida como casarme, tener hijos, ser una mujer profesionista, pero dueña de tu tiempo… y sí le dije que sí, insistí, pero entonces él me preguntó: ¿Has pensado en la dermatología? Es un área que no te va requerir con urgencia y es también una rama de la medicina.
“Me quedé pensando por un momento, creía que eran sólo cosas estéticas y granitos, como algo muy superfluo, que no tenía nada de ciencia esa especialidad; cuando realicé mi servicio social en el Hospital General me di cuenta que era algo muy diferente a lo que había pensado, que sí había muchas enfermedades y mucha ciencia de por medio, y que tenía razón mi papá porque pensando profesionalmente me iba permitir realizarme, y por el lado personal como mamá, tendría tiempo para realizar funciones de esposa y de mamá”.
“Al elegir esta especialidad ya no hay urgencias, en cambio como cardiólogo si alguien se está infartando no hay forma de decirle espérame o te veo mañana o déjame ver si tengo alguna cancelación. Mis padres son médicos, tal vez me inspiré en ellos, no lo sé, pero cuando empezamos a tocar el tema me animó primero a estudiar leyes, y como no me convenció me apoyó, un primo -que también es médico-, me mandó los planes de estudio en Guadalajara y cuando mi papá se enteró me dijo que estaba bien, pero que la estudiara en Mérida, para estar más cerca y así fue. Aquí hice mi servicio social, y mi primer año de medicina interna, después en la Ciudad de México hice mi especialidad en Dermatología.
Si bien ya estaba definida tu vocación, lo siguiente fue ver las necesidades no sólo de la problemática de salud misma, sino las de la nueva juventud que cada día está más interesadas en la prevención antienvejecimiento y demás cuestiones estéticas…
“Esta generación que viene está super bombardeada de información por las redes sociales, específicamente del rema de “skin care” (cuidados de la piel), hay pacientes que me han llegado preguntando directamente por una rutina para mantener la calidad de su piel, sin tener ningún problema. Y esa son mis consultas más difíciles, porque ya vienen cargados de productos, de recomendaciones o sugerencias que han visto o escuchado, y la realidad es que ahí no estás tratando una enfermedad, sino estas dando una recomendación, o de prevención, eso es por el lado estético, pero la ventaja de mi especialización es que ves cosas médicas también de salud”.
Como toda área de la medicina, está en constante evolución con nuevas enfermedades o técnicas para controlarlas o mejor aún, curarlas, pero retomando el tema de los cuidados cosméticos, para un especialista como tú es importante estar un paso adelante constantemente tanto en necesidades como tratamientos…
“Es muy difícil atender a esos pacientes, porque no sólo debes aclararles que a veces no todo lo que ven o leen proviene de una fuente especializada, ni siquiera en el cuidado de la piel, sino en el conocimiento real de la anatomía y sus características, y esto lo cito tanto en hombres como mujeres.
“Cada vez me llegan pacientes más jóvenes que desean experimentar con la toxina botulínica, o con otros tipos de rellenos, quieren empezar realmente a prolongar ese efecto de verse naturales; yo les digo que sí puedo darles lo que buscan, pero con cautela para obtener ese equilibrio entre salud y prevención, sin caer en casos muy transformados que ya no tienen nada de natural”.
Sin causar pánico de los efectos que pueden derivar al no acudir a especialistas, te gustaría ser portavoz de estos mensajes a través de las diversas plataformas en materia de redes sociales…
“Platicando con una amiga que se dedica a crear contenido para promover el uso de protectores solares y esas cosas, le dije que le iba a decir a sus pacientes que la siguieran para que consideren sus cuidados, pero ella me dijo que no, que sea yo misma quien use como alidadas mis propias redes sociales, pero con todas las cosas que tengo que hacer todos los días, no creo tener tiempo para crear contenido, no tanto para atraer a la gente, sino para crear conciencia, sin embargo, tenemos una página en la que presentamos los aparatos que tenemos en el consultorio, pero también información en general.
“Tratamos de estar al día para dar un buen servicio, hace algunos días estuvimos con una representante de láseres para aplicarlos en tratamientos derivados de la exposición a los teléfonos o las pantallas de la computadora vía zoom, yo creo que esto se acentuó post pandemia cuando nos empezamos a ver directamente en las cámaras, dado consultas por conferencias y la gente se empezó a ver a sí misma en las pantallas. Se dispararon este tipo de consultas, después de la pandemia los tratamientos estéticos se triplicaron, o sea, fue un crecimiento exponencial de los tratamientos estéticos”.
“Como dermatóloga veo específicamente enfermedades de la piel, del pelo y de las uñas. Y poco a poco me he acercado a otras especialidades a través de cursos de medicina estética, yo creo que ha sido lo que más ha crecido en la especialidad, pero enfermedades como cáncer de piel, siguen existiendo, y eso es algo que me ocupa”.
Sin mencionar nombres ni casos, hay doctores que son el referente de los mismos procedimientos que realizan y algunos son sorprendentes, pero otros realmente son todo lo contrario…
“Realmente no soy tan clienta ni víctima de mis servicios y, por otro lado, cuando un paciente me pide algo que yo no le puedo hacer o es algo de lo que no estoy satisfecha, le explico que no soy yo la indicada y que busque otra opción. Algunas veces sí les digo lo que me he hecho o se enteran y así van llegando. Me gusta que la gente se vea muy natural, ¿O no? A veces ves cosas rarísimas, y no porque veas artistas famosas con ciertos cambios, aplican igual para ti. No sé por qué su médico no los aconseja bien. No puedes hacer todo lo que el paciente te pida, tu como médico no puedes permitir que cualquier paciente sea tu firma. Me he hecho mi radiofrecuencia, o sea, sí, busco verme mejor con los paliativos naturales o los menos invasivos. Y ante todo debes tener el respaldo de la casa comercial, es decir, que sepas qué es lo que estás inyectando, qué es lo que estás aplicando, para resolver en un momento los efectos secundarios; asimismo, hay que explicarle al paciente que debe estar consciente de que si te aplicas cosas, pues hay riesgo de que puedas tener una reacción adversa. Entonces siempre buscar lo mejor”.
¿Además de tus consultas cotidianas, realizas alguna función social para ayudar desde tu área a nuestra comunidad?
“Claro que sí, participo con un grupo que se llama Asociación Quintanarroense de Dermatología, integrado por dermatólogos de Chetumal, Playa del Carmen y una doctora que está en Carrillo Puerto. Empezamos a hacer unas campañas de detección gratuita de cáncer de piel siguiendo los pasos de la Fundación Mexicana de la Dermatología. Hace mucho empezó a hacer estas campañas, son regaladas, tú dedicas un día de tu consulta, veíamos al paciente y le decías si tiene un carcinoma, lo detectabas y ahí quedaba, pero no sabíamos qué pasaba después con el paciente. Entonces nos organizamos y empezamos a hacer nuestra campaña, es decir, nos independizamos de la fundación. Al principio hicimos detección, pero después, ya como fue creciendo nuestro grupo con algunos cirujanos dermatólogos que empezamos incluso a hacer tratamiento. El paciente iba, y además del diagnóstico ya le podías también dar una solución o si se podía operar en este momento lo operábamos o si había que hacer una quimioterapia, conseguíamos que los laboratorios nos dieran los medicamentos, los fotoprotectores. En las últimas dos campañas invitamos a los cirujanos oncólogos, y si había lesiones más grandes que no podemos nosotros operar en ese momento, los canalizábamos con otros oncólogos; las campañas que realizamos van enfocadas principalmente a los pacientes de bajos recursos. Conseguimos que nos prestaran el Hospital General, hacemos las fichas y si entre los pacientes que van resulta que no es cáncer, entonces les damos un vale para que vayan a consulta con alguno de nosotros y les damos un precio especial. La verdad es que ya no sé cuántas campañas llevamos, pero nos salió super bien. En las últimas campañas hemos visto casi 200 pacientes. La hacemos en el mes de mayo generalmente, pero este año coincidió con un congreso y lo movimos a junio. Este programa está padrísimo, porque es también una forma de ayudar, es un servicio social que te permite aprovechar la especialidad que tienes para darle una oportunidad a la gente que no tiene las posibilidades y en cada campaña sales con el alma llena, eso me renueva como persona y profesional de la dermatología que es mi vocación”.