4 julio 1932 / 7 marzo 2022
Que suenen las trompetas del cielo que ahí les va un ángel que todos le decían Juan y yo orgullosamente lo llamaba papá, hombre trabajador protector, sincero, amiguero, cariñoso y parlanchín, con un corazón enorme que se lo entregaba a propios y extraños, ahora se reunirá en el cielo con todos los que lo amaron y se adelantaron en su camino, ¡Descansa en paz querido padre, siempre estarás en mi corazón!
José Miguel Ortiz
