James Ponette…Músico, Modelo y Maestro
Por Esteban Torres
Gracias a su personalidad agradable, a su talento como guitarrista, a su porte atlético y a su facilidad para hacer amigos, James se ha convertido actualmente en una figura que se distingue en el medio del espectáculo, pero su historia se ha encargado de ofrecerle opciones para también regresarlo al punto de inicio de su verdadera vocación que ahora la ha llevado al siguiente nivel al poner su experiencia y todos sus conocimientos al servicio de los demás.
MÚSICO
¿Cuál fue la razón que te trajo de Bélgica a México? Y específicamente a Cancún…
“Es una historia muy interesante, yo venía para alejarme de la música, pero por algunas complicaciones no podía continuar con mis estudios, ya sólo me faltaba un año, pero tenía ganas de viajar por el mundo, sin embargo, mis padres no me dejaron y sólo me dieron permiso de viajar a México para instalarme con mi tío para trabajar en hotelería en Cabo San Lucas a empecé como recepcionista en el hotel Riu. Tenía 23 años.
“Al poco tiempo empecé a extrañar la música y compré una guitarra, pero al año siguiente cambiaron a mi tío a Cancún y me tuve que mudar con él y dejamos Cabo San Lucas. Después me buscaron para hacer sesiones de modelaje y ahí conocí un promotor de artistas para tocar en los hoteles, pero yo era un músico de jazz, egresado de un conservatorio, pero era una oportunidad para hacer lo que verdaderamente me gusta más”.
¿No te dio miedo vivir en un país diferente al tuyo en cultura, tradiciones, pero sobre todo en idioma? ¿Dónde lo aprendiste?
“Yo no tenía opción, debía aprender el idioma lo más rápido posible porque estaba en la recepción, así que me compré un libro para estudiar las palabras, pero luego había modismos que no entendía y les pedía a mis compañeros que me las explicaran y en tres meses ya me daba a entender. Por la noche estudiaba gramática por Internet. Nunca sentí miedo, realmente le tuve mucha confianza. Y sus tradiciones me encantaron”.
¿Qué es lo que te gustó más o te convenció para quedarte en México?
“Todo, me gustó mucho desde que llegué, me sentí más alegre. Su clima, su gente. Me sentí cómodo, a gusto con la gente, hice muchos amigos a los que les gusta ir a Europa de vacaciones, pero no sienten esa alegría que tienen los mexicanos”.
¿Cómo fue tu acercamiento a la música? ¿Dónde estudiaste? ¿Crees que es verdaderamente tu vocación?
“Mis padres fueron mi inspiración: mi madre es cantante y mi padre baterista, en mi casa siempre hubo música desde niño porque tocaban juntos, los veía en conciertos en sus ensayos. En casa teníamos piano, batería y otros instrumentos. Cuando cumplí ocho años me metieron a clases de música y desde entonces no he parado. Cuando cumplí 18 años me decidí por el conservatorio. Pero es un espacio muy elitista, sólo hay cuatro en Bélgica y solamente ingresan los verdaderos artistas; de una generación de 50 músicos, sólo aceptan cuatro al año. El primer año lo intenté y no pasé, sin embargo, hay escuelas que te preparan exclusivamente para acreditar ese examen. Con el tiempo me di cuenta de que fui muy afortunado de tener padres músicos que me apoyaron, porque muchos padres piensan que dedicarse a la música es morirse de hambre y no es así, se vive bien, pero ante todo eres muy feliz. Me convencí que no sólo forma parte de mi ADN por herencia genética, sino que verdaderamente me gusta. Y es algo que puedes hacer hasta que tus dedos no puedan más, de esto nunca te jubilas”.
¿Cuáles son los instrumentos que dominas?
“La guitarra desde muy chico, hace cinco años compré una trompeta y actualmente la sigo estudiando, tengo conocimientos básicos de piano y de percusiones, y de muchos instrumentos más”.
¿Qué es lo que más disfrutas cuando tocas?
“Para mí la guitarra es rock, es energía, de mis 14 a los 21 fui metalero, aunque ya no toco tanto rock porque me piden otros géneros en los antros. Me gusta esa sensación que provoca la música en vivo en la gente”.
MODELO
Ser modelo: pasatiempo, complemento o simple oportunidad…
“Yo estaba muy cómodo con la hotelería, pero también con el gym y un día un amigo me dijo que al día siguiente habría un casting para una sesión de fotos, que buscaban gente como yo, que pagaban 3,500 por un día de trabajo y en ese entonces yo ganaba ocho mil al mes así que fui. De ahí me salió un desfile de modas en una pasarela y con tres trabajitos ganaba lo de un mes en la hotelería. Mi tío me dijo que en 10 años podría llegar a ser gerente de un hotel pero no me convenció la idea. Me dediqué de lleno los siguientes cinco años, ahí conocí a mi esposa. Lo mejor de todo es que esa oportunidad evolucionó y me regresó a la música, sin embargo, sigo modelando, aunque ya no con la misma frecuencia, pero ya no es mi prioridad”.
¿Quién te animó a modelar: el espejo, los amigos, la curiosidad o tu seguridad?
“Cuando empecé no tenía este cuerpo que tengo hoy, fue este trabajo el que me obligó a comer bien, hacer más ejercicio, incluso a pesar mi comida para poderme ver bien en las fotos, una cosa es como te ve la gente y la otra cómo te percibes tú mismo; como todo trabajo, debes hacerlo lo más profesional posible siempre y cuando tengas la seguridad para mostrarte ante una cámara o sobre una pasarela”.
Lo disfrutas, o es algo que te obliga a vivir “en forma” tanto física como emocionalmente…
“Aprendí a hacerlo parte de mi vida, no como una obligación, sino como una filosofía para balancear cuerpo y alma; me cuido, pero ya no lo hago por conseguir trabajo, sino para verme y sentirme bien conmigo mismo. Al final del día agradeces que te sigan buscando, pero es mejor sentirte a gusto en tu propia piel”.
El trabajo que nunca aceptarías como modelo…
“He hecho muchos trabajos que tal vez no debí hacerlos, pero hoy sé que ya no los haría. Una vez me llamaron para unas fotos de un spa, me presentaron a mis compañeras, pero al final descubrí que era para ofrecer masajes con final feliz. Olvídenlo, no lo vuelvo hacer. En cambio, me gusta mucho hacer anuncios publicitarios, uno de ellos fue para Ventura Park que sigue vigente, entre otros”.
MAESTRO
Llegó el momento de compartir, heredar y transmitir…
“Cualquier músico siempre va buscar más y más conocimiento, yo estoy en ese proceso y por ello empecé con este proyecto que se convirtió en una escuela para recibir a nuevos talentos. Es una oportunidad para que ellos descubran si se quieren dedicar a esto verdaderamente, o bien, verlo como un hobbie para complementar su rutina mientras desarrollan el dominio de algún instrumento”.
¿Qué momento despertó el deseo de ser maestro?
“Después de la pandemia se cerró la escuela de música de la CROC y un amigo empezó a dar clases en su casa, un día nos juntamos y empezamos con la idea de crear un semillero de talentos, o simplemente ofrecerles la oportunidad de experimentar la música. Hace tres años recibimos un músico que empezó a los 17 y ahora no sólo ya está trabajando en los hoteles, sino también dando clase aquí con nosotros en la escuela”.
¿Cuál es tu metodología para reconocer el talento, evaluar y enseñar?
“El talento se ve super rápido, aproximadamente en cinco meses notas su avance y su habilidad. Tenemos grupos muy pequeños, principalmente de niños, para dedicarles tiempo y poco a poco los vamos evaluando para avanzar y subir el nivel de sus conocimientos.
“Tenemos un programa de cuatro niveles que va desde el solfeo para entrenar la lectura veloz de la partitura. Algunos adultos nos buscan también para aprender a tocar una canción en un instrumento, la guitarra, por ejemplo, y nos concentramos en ello y ya después deciden si desean continuar estudiando”.
¿Qué pueden esperar tus alumnos de tu escuela? Y qué tanto pueden aprender…
“Realmente nuestra función es abrir la puerta al conocimiento de la música, es decisión de ellos si desean profesionalizarse a través de un conservatorio en donde pasarán seis años estudiando y practicando constantemente porque la música es una carrera de mucha dedicación. Así como en Bélgica, los conservatorios de México tienen mucha calidad, especialmente en la Ciudad de México y en Xalapa, de donde he conocido excelentes músicos que tocan en diversas partes del mundo”.