31 marzo 1927 / 29 agosto 2021
No hay palabras que expresen mi agradecimiento a un hombre tan entrañable como Don Gus, el Abuelín para sus nietas: Viviana y Vania; y papá para su única hija Marcela, por darme una familia en este paraíso, la que me ha recibido con mucho cariño y a la que he correspondido en cada momento hasta el último minuto que la vida me ha permitido demostrarlo. Su partida nos entristece, pero nos reconforta saber que finalmente cumplió su voluntad: descansar. Para usted la vida ya le había dado de todo y más, pero nunca es suficiente para quienes hoy extrañan con el alma su compañía que se convertirá en recuerdos. Gracias por esos desayunos que compartimos juntos, las reuniones en casa y toda la convivencia que la vida nos permitió disfrutar. Volveremos a vernos, buen viaje y su familia se queda en buenas manos. Hasta pronto don Gus.
Esteban Torres P.