El cáncer es la tercera causa de muerte en México, y según estimaciones de la Unión Internacional contra el Cáncer cada año se suman más de 128 mil casos de mexicanos.Existen 100 tipos de cáncer, la mayoría son curables si se hallan en etapas tempranas, pero lamentablemente en México el 60% de los casos se detecta en fases avanzadas. Por ello te presentamos estos casos de cancunenses que hicieron caso a los llamados de su cuerpo y lograron vencer esta enfermedad, que desde el 2008 es la principal causa de muerte en el mundo.
¡Cuestiona!
Para cuando llegué a esta etapa ya había pasado por un momento más difícil. Cuando me dieron la noticia, en lugar de asustarme, que es lo que le pasa a la mayoría, me enojé horrible. El que haya tenido enojo en vez de miedo hizo que cuestionara todo lo que me querían hacer los doctores. Cuando estás tan asustado dices: ‘sí, sí, hazme todo’, y no sabes las consecuencias que puede traer.
Después de horas de charlar con cada médico me fui enterando de las secuelas y me dispuse a pedir varias opiniones de especialistas. Cuestionar fue lo que salvó muchas otras partes de mi organismo que no estaban comprometidas con la enfermedad. Gracias a indagar, una amiga me comentó de un estudio que se hizo para averiguar si era de bajo o alto riesgo y saber si te sirve una quimioterapia. Normalmente sin saber te quitan los ganglios y te hacen una masacre y tienes miles de secuelas muy graves. A veces nos quedamos con la primer opinión y hacemos lo que te dicen y ni modo, pero dentro de mi etapa, gracias a que estuve enojada en vez de asustada y cuestioné todo, me fue menos mal de lo que era, que en sí ya era fuertísimo.
Mi consejo: Cuestiona, no te quedes casado con lo que te dicen en el hospital, aunque sea el mejor del mundo, porque ellos solo tienen un criterio. Pregunta: ¿Qué opciones tengo?, ¿Qué más hay? Busca una segunda opinión. Quien esté enfermo no lo esconda, no tiene nada de malo, pregunta a un amigo que ya lo pasó o platícalo, porque siempre hay alguien que va a tener a un conocido con ese mismo problema y todo eso te nutre, y encuentras quien te podrá ayudar.
Agradece cada día normal, disfruta a tu familia, amigos, todo lo que tienes, y vive lo más feliz que se pueda, porque mañana te puede cambiar la vida. Hazte la vida más fácil y trata de verla en forma positiva, no importa la situación que estés pasando. Lo más sencillo es lo que más felices nos hace y a veces ni lo podemos ver aunque lo tengamos en las narices, hasta que te pasan cosas fuertes.
¡escucha!
Tienes que aprender a conocer tu cuerpo, a escucharlo, si te duele algo no te automediques, no lo dejes pensando, ‘ay, se me va a pasar’, porque la enfermedad va creciendo. Tenemos que ir al doctor, es el único que te puede diagnosticar, y confiar en que ellos tienen una cura, pero la definitiva solo la tiene Dios y te sorprende.
De mi paso por esta enfermedad puedo decir que fue una experiencia de amor, una experiencia de conocerte, de saber quién eres, de preguntarte por qué estás aquí, y es una verdadera experiencia de vida. No es una desgracia, no es un castigo. La vida te cambia en segundos, pero nosotros decidimos cómo será nuestra batalla y en qué forma la vamos a enfrentar. En mi caso yo me tomé de la mano de Dios, de mi esposo, de mis hijos y dije: ‘vamos para adelante’. Claro que no fue fácil, pero para mí fue una experiencia que cambió mi vida completa, a la que se fue sumando gente maravillosa que me hizo ver las cosas de otra manera.
Pienso que cuando pasas por una enfermedad o un problema tienes tres obligaciones, una, transmitirlo con amor; dos, hacer conciencia de lo que ya te sucedió y, tres, ver qué puedes hacer por la sociedad.
Mi consejo: No dejes pasar el tiempo, porque si estás consciente de lo que te dice tu cuerpo ya es una oportunidad para vivir. Vive y valora tu vida y, con o sin salud, agradece a Dios. Desde el amanecer hasta el anochecer agradece, somos afortunados de estar aquí.
No te puedes quedar callada con lo que te pasó, porque hay gente cercana que puede pasar o está pasando por esta enfermedad. Pero si ves que puedes ayudar a alguien, que no te dé pena. ¿Por qué? Si estás vivo compártelo y ayuda. No te sientas señalado.
¡Siente!
Alberto Charles
68 años
Próstata
Mi caso fue una situación muy interesante, pero al final de cuentas logré vencerlo. Lo importante es cómo. En el momento que sentí que había algo raro en mi cuerpo de inmediato fui a buscar opinión médica; me mandaron a hacerme los respectivos análisis y se confirmó que mi antígeno prostático estaba muy alto, por lo que visité a dos doctores, esto para tener un par de opiniones, para no quedarme solo con una, y decidí quién me iba a atender.
Una vez iniciado mi tratamiento me apegué a él al cien por ciento. En mi caso fueron tres años lo que me llevó en completarlo. La primera fase fue a base de unas inyecciones en el estómago, después tuve la suerte de que un hospital aquí en Cancún trajera el equipo para hacer el tipo de radiación que yo necesitaba, y me prescribieron 52 radiaciones.
Al día de hoy y gracias a Dios ya voy para el segundo año que estoy libre de cáncer y los antígenos salen a menos cero, lo cual me tiene muy contento.
Puedo decir que en mi paso por esta enfermedad obviamente evalué muchísimo mi vida, a mis seres queridos, las oportunidades que te da la vida, y puedo decir que esto es un regalo. Este padecimiento me tocó a los 65 años y ahora ya a mis casi 69 estoy encantado de poderlo compartir, porque lamentablemente tengo amigos que han tenido el mismo padecimiento y ya no están con nosotros.
Mi consejo: Al primer síntoma no lo dudes, de inmediato ve a revisarte con un buen médico para poder utilizar toda la ciencia moderna que afortunadamente al día de hoy ya está a nuestro favor. El tiempo que pase entre que te das cuenta de que algo está fallando en tu organismo y que visites al médico debe ser el más corto posible, porque generalmente esta enfermedad va tomando su camino, se va alojando en el cuerpo y si le das oportunidad se queda, y en este caso si se queda desafortunadamente es fatal.