29 abril 1987 / 26 enero 2022
Todavía hasta hace unas horas seguía sin explicarme tu partida, tu decisión mi bebé.
De pronto recibí este mensaje como parte de todas esas tantas señales que nos enviaste ayer y ahora siento un poco más de consuelo, mismo dolor, sólo un poco más de entendimiento…
Te amo hasta el infinito amor.
A mis seres queridos:
No te mortifiques pensando si le hubiera dado, si le hubiera quitado, si hubiera hecho o si no hubiera hecho esto por mí. ¡No! Todo lo que me diste fue exactamente lo que necesitaba y lo correcto que me tenías que dar, ahora sólo déjame ir tranquilo, pues debo decirte que tú más que nadie sabía bien en el fondo de tu corazón, el por qué de mi rebeldía, de mi mal o raro comportamiento, de mi vida, de mis errores y aciertos y por ello sabes que estoy mejor así y al final muy feliz ahora donde estoy que cuando estaba en este mundo. Así que no te angusties, ni te entristezcas, pues no estoy yo aquí en cuerpo, pero recuerda y ten por seguro que siempre estaré con ustedes padre, contigo abuela y contigo, en sus corazones tíos y en su mente y cuando quieras hablarme, háganlo con alegría y amor pues sabes que ahora soy feliz aquí en donde estoy y eso es por lo que siempre quisiste y estuviste luchando, apoyándome en vida para que así sea. Pues ahora bien date un apapacho porque al final lo lograste: soy feliz y quiero que así tú lo seas porque aún estoy contigo y ahora más cerca que nunca. Los amo mucho y siempre serán mi gran familia y agradezco a Dios por haberlos tenido en mi vida, que no fue ni corta ni larga, fue simplemente mi vida haya sido el tiempo que haya sido, era el justo para disfrutarnos los unos a los otros.
HASTA PRONTO.
Fuiste, eres y serás mi orgullo bebé. Conquistaste todo en este plano terrenal, sigue conquistando la eternidad. Te amaré eternamente.
Patricia Fajardo