26 febrero 1927 / 16 febrero 2025
Y al final nos reunimos para despedir a una mujer excepcional, a mi madre, quien ha dejado una huella imborrable en cada uno de nosotros. Su amor incondicional, su fuerza y su sabiduría han sido pilares en nuestras vidas y su ausencia deja un vacío que nunca podrá ser llenado.
Recordemos juntos los momentos de alegría que compartimos con ella, sus risas, sus abrazos cálidos y su inagotable generosidad. Cada gesto, cada palabra de aliento, cada sacrificio que hizo por nosotros resonará eternamente en nuestros corazones. En el cielo brillas como una estrella, guiando nuestros caminos desde lo alto.
Claudia Ceballos