“Quiero pensar que soy un creador de emociones genuinas, que estoy listo para cruzar la última frontera de la mano de quien quiera acompañarme”.
Por Esteban Torres P.
La sonrisa es el tatuaje más visible de todos los que lleva sobre su cuerpo y es además el que menos le ha costado porque se lo brindó la naturaleza; el don de sorprender también se lo dio, pero ese es algo que ha tenido que desarrollar para poder sobrevivir haciendo cada día mejor lo que más ama. De eso y más nos habla un profesional de la magia y sin necesidad de aparecer un conejo o una serie de pañuelos de colores, su charla en sí es magia y el efecto que nos deja es transformador. Primer acto.
¿Andas siempre con un as bajo la manga?
“Siempre. Lo llamo magia. Es como un policía que siempre porta su charola y su pistola. Yo como mago o “artista mental” siempre tengo un efecto de magia, incluso la he usado alguna vez para librarme de unos asaltantes y sólo así no me quitaron nada. Los elementos de tránsito una vez me detuvieron, pero les hice un truco y nomás se rieron y me dejaron ir”.
Si bien tu profesión es ser mago, noto que ahora te denominas “artista mental”. ¿Cuál es la diferencia?
“El ser humano está en constante evolución y lo que antes funcionaba de forma natural, hoy necesita ser más elaborado para causar esa impresión. Yo he sido mago toda la vida, pero como “artista mental” estoy buscando cosas de observación, de análisis rápido para generar situaciones. Siempre hice cosas muy grandes como aparecer o desaparecer a una mujer, un helicóptero o un coche, que son actos de un ilusionista o mago, pero desde hace cuatro y medio que llegué a Cancún cuando me separé de mi esposa después de 26 años, me entró una depresión muy fuerte y estando aquí viví mi duelo, y busqué la forma de reinventarme; vendí mi equipo de magia y cambié la forma de hacer mis cosas con lo que me quepa en las manos, en mis bolsas, es lo que voy a utilizar. Aprendí a hacer algo que la tecnología nos ha robado: aprendí a observar”.
¿Crees que la magia es machista? ¿Por qué no hay magas? ¿Por qué las mujeres siempre son asistentes?
“Es un fenómeno de toda la vida. Desde Merlín tenemos la figura masculina de un mago. Es una actividad que definitivamente asociamos a un caballero, mientras que la dama es la acompañante, es el atractivo visual que distrae a veces el espectador, pero eso es algo que así se ha dado, sin embargo, poco a poco las mujeres han ganado terreno, pero aún son pocas”.
¿En qué situaciones has sacado el provecho a la magia en la vida cotidiana?
“Te comentaba que con los asaltantes y los patrulleros la he usado, pero si nos vamos más atrás, desde niño la he utilizado porque siempre fui malo, muy malo en la escuela, así que la usaba para pasar, aunque sea con seis, realmente hacía de todo para no reprobar. A veces escondía un acordeón, era mi forma de salir adelante. Desde los 12 años me identifiqué con la magia cuando vi el libro titulado: “Mis primeros conocimientos”, estaba en casa de mis padres y el último capítulo hablaba sobre la magia, me puse a curiosearlo y ahí nació mi amor por la magia. Después en una navidad me regalaron un estuche de magia Lili Ledy y dije: ¡quiero ser mago para el resto de mi vida!”
El ilusionista ¿nace o se hace?
“Yo creo que hay un común denominador: los magos son o somos personas que en la niñez fueron muy tímidos, y cuando descubrimos algo que la demás gente no puede hacer, eso nos da seguridad. Si un mago nace o se hace, es por que es curioso, tiene mucha imaginación y esto es lo nos va ayudar en nuestra vida”.
¿Alguna vez te ha salido mal algún performance y la gente se ha dado cuenta del secreto detrás del truco?
“Si. Algunas veces es imposible parcharlo y no hay manera de remendarlo. Lo peor que puedes hacer es algún gesto que te delate, así que debes seguir como si nada pasara. Alguien me dijo alguna vez: al único mago que no le falla nada, es el mago que no trabaja. Alguna vez vi un espectáculo de magia de David Copperfield y algo le salió mal, todos somos humanos, a todos nos puede pasar, pero el show debe continuar y debes hacer magia sobre magia”.
¿Es rentable actualmente ser mago? ¿Tienes algún otro trabajo?
“Sí es rentable, pero debes ser creativo y verlo desde una forma empresarial. Debes verlo como una forma de genera dinero sin dejar de hacer lo que te apasiona. Muchos amamos tanto lo que hacemos que a veces se nos olvida cobrar. ¡Yo pagaría por hacer un show! He tenido un negocio paralelo como es dar asesoría para proyectos como anuncios de televisión, obras de teatro, películas, y todo eso complementa los ingresos de un mago”.
¿La tecnología ha hecho posible ilusiones que antes eran imposibles?
“Definitivamente, ahora nos valemos de otros recursos como el zoom, pero nunca será lo mismo ver un truco frente a ti por tus propios ojos que verlo desde la pantalla, pero al final el efecto es el mismo, sorprender al público y de esta forma llegas a un público más lejano y a veces se puede quedar ahí grabado para que lo disfruten en otro momento más personas”.
¿Cuál es el truco que más odias realizar?
“Las cartas. Las usé muchos años y son un buen espectáculo, pero ya no me gustan. Si me piden lo hago, pero si puedo les ofrezco algo más que supere incluso sus expectativas de ilusionismo y realidad”.
En qué momento de tu vida has querido ser escapista…
“Muchas veces de mi ex esposa y al final ella fue la que me dijo ya no me interesas en mi vida. Ella fue la escapista. Me encanta, pero son situaciones que te ponen al borde. Es como la adrenalina que siente un torero, sabes que debes estar concentrado porque sale o sale”.
Lo más grato que has encontrado adentro de un sombrero…
“La sorpresa en la cara de la gente, ver que la gente crea sin que se lo pregunte. En la vida todos magos, todos tenemos el poder de crear, de transformar, de aparecer o desaparecer; a veces lo usamos a favor o en contra y creo que todo se resume en una frase que engloba lo que hago y lo que siento: “La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento” y es de Raquel Aldana”, señaló.
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