Alejandro Calva 

Actor

*Protagonista de la obra: La Ternura en el Nuevo Teatro Libanés. CDMX

Desde que empecé a estudiar, entendí que al ser humano lo determinan más que sus virtudes, sus pecados, son los verdaderos modeladores de la personalidad, una persona virtuosa es sospechosa y superficialmente entendida, siempre existen esos esqueletos bajo la almohada que le dan tres dimensiones. Hay un libro de Claudio Naranjo llamado “Dramatis Personae” en el que por medio del eneagrama, Claudio nos describe las personalidades humanas y nos da ejemplos específicos en el cine y la literatura; por supuesto ese libro tiene un lugar importante en mi cabecera y en mi cocina personal cuando construyo personajes. Pero desde luego no podría construir con algo que no tengo, así que filtro mis pecados y mi relación con ellos. Aquí va un breve resumen de lo que me representan cada uno:

SOBERBIA

Es el pecado más común en nuestra profesión, la necesidad de autoafirmación a través del elogio, yo lucho todos los días contra mi soberbia, la reconozco y la trato de domesticar.

AVARICIA

Un pecado poco conocido por mí, sobre todo en el aspecto económico, soy muy desprendido, pero en las relaciones humanas puedo llegar a ser controlador y sobreprotector, es el pecado más complejo, porque la posesión puede expresarse de muchas formas.

LUJURIA

Si soy, un pecado conocido y en el que me he perdido un par de veces y he salido descalabrado…También es un motor importante en mi universo desde el que construyo personajes, lo terrenal, lo corporal, lo Dionisiaco e incluso lo teatral tienen que ver mucho con la lujuria.

IRA

Un pecado con el que tengo que lidiar muy frecuentemente y afortunadamente con los años he podido domesticar, aunque siempre queda la agresión pasiva que tiene mucho de iracunda aunque no parezca.

GULA

¡Mi pecado favorito! Me encanta caer en ese pecado, ahora lo controlo porque antes me controlaba a mí. Pero creo que viviría muy triste si no lo dejara salir de vez en cuando. Solamente intento reconocer cuando la gula aparece en forma de compulsión, cuando hay problemas.

ENVIDIA 

La reconozco, pero es un pecado poco visitado, no es un motor de vida y a veces la puedo confundir con Soberbia que es más común en mí, puedo querer lo que el otro tiene, pero no envidio lo que el otro es. También reconozco la envidia en forma de halago y trato de transformarla, pero en este medio es muy complicado.

PEREZA

Según mi eneagrama, es mi pecado por excelencia, y por eso huyo de él, la inmovilidad me aterra, la procrastinación me inunda de vez en cuando, pero creo que mi hiperactividad me ha salvado de ese pecado, hoy en día la ayuda de mi esposa es fundamental para caer en otros pecados, pero no en la pereza.

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