Abuelit@ me podrías contar una historia.
¿Cuántas veces hemos hecho esta pregunta? No creo que muchas porque sabemos cuál es la respuesta. La respuesta siempre será un sí. Los abuelos llueven de todo tipo de historias. ¿Por qué nos da miedo este si? Porque sabemos que para parar esa lluvia necesitaremos más que un paraguas. A los abuelos les encanta hablar y no hay nada ni nadie que los pueda detener. No importa si nadie les está poniendo atención, ellos están dispuestos a continuar. ¿Pero, alguna vez se han preguntado porque tienen tanta disposición a hablar? Es porque tienen mucho que compartir, no sólo momentos, si no una vida entera. Y escuchar será nuestro don para recibir este regalo. No dejemos que la flojera de escuchar interfiera nuestro camino, porque el camino es donde floreces. Las historias existen para ser escuchadas. No quieras saltar al final de la historia para saber el resultado, caminar es la clave. Los abuelos nos toman de la mano para que caminemos junto a ellos ya que saben que tenemos mucho que aprender. La vida son experiencias. Los abuelos saben que las experiencias son propias y por eso quieren enseñarte el proceso, para que tú puedas aprender a través de tu propio camino. A veces es mejor enseñar el proceso de cómo conseguiste la respuesta en vez de sólo dar la respuesta. El proceso es más importante que el resultado. Ahora entiendo porque cuando pides ayuda en una actividad cotidiana, los maestros, los padres y/o los abuelos te insisten que lo hagas tú, aunque ellos sepan cómo hacerlo. Con esa misma paciencia que ellos te enseñaron a crecer, tú ten esa paciencia para escuchar. Si pides un consejo, no pidas la respuesta a tu problema, mejor la historia de cómo llegaron a esa respuesta. Cuando te saltas los pasos del aprendizaje, no sanas del todo. Se quedan algunas heridas abiertas que te hubieran sanado si hubieras caminado paso por paso. Estas heridas se reflejarán a lo largo de tu vida, y tendrás oportunidad para sanarlas en tu camino, pero necesitaras tener la confianza de caminar paso por paso y no saltar otra vez. Los abuelos son tan sabios que te compartirán historias ejemplares, pero nunca te darán todas las respuestas ya que ellos quieren que nosotros encontremos la respuesta al rompecabezas de la vida. Podrías llamarlos envidiosos por no querer darnos las respuestas a la vida, pero, al contrario, serian envidiosos si nos quitasen la oportunidad de aprender en el camino. No le tengas miedo al mundo. Aprende de los abuelos y ve como están en paz porque perdieron el miedo cuando decidieron abrazar el mundo. El miedo es una bomba de tiempo y no podemos dejar que explote antes de su tiempo. Seamos dueños de todos nuestros momentos, sean buenos o malos, déjalos pasar, pero no encima de ti si no a través de ti. Nunca impidas que las cosas sucedan sólo porque no estás seguro del resultado. Nada en la vida es seguro, y yo creo que eso hace que la vida sea tan maravillosa: su espontaneidad. Si cerráramos las puertas a todas las posibilidades, dejaríamos de vivir antes de nuestra muerte. Todas las decisiones son significativas. Arriésgate porque al final, todas las decisiones que tomes van a ser las correctas. Pero no tomes un camino sólo porque se vea fácil, siempre confía en tus instintos. La vida es muy corta para esperar para el momento perfecto para actuar, porque al final todos los momentos son perfectos. Enamórate sin miedo, aunque haya veces que te rompan el corazón, sigue caminando y sanarás y amarás más fuerte. Baja la guardia. Hay peligro en el mundo, pero el miedo es el más peligroso de todos. La sabiduría de los abuelos es única. Las historias largas son valiosas. Y nosotros somos protagonistas. Sal al mundo a adquirir todas esas historias con los brazos abiertos y poder tener las respuestas de la vida que los abuelos ya adquirieron. Nunca más tendré miedo a un SI. Gracias abuelos por enseñarme a abrazar los instantes.