Marinero: Jorge Moreno
“No me veo en otro lugar porque aquí he encontrado un mar de tranquilidad y satisfacción para hacer lo que más me gusta”.
Por Esteban Torres P.
La industria náutica es quizá la segunda en importancia en nuestra ciudad, después de la hotelera que está en primer lugar por obvias razones, sin embargo, las dos están muy vinculadas entre sí porque el placer de una no sería lo mismo sin las maravillas de la naturaleza intrínseca del otro, por lo que invitamos a Jorge Moreno, un amante de esta rama para navegar juntos en el mar de esta actividad que se ha convertido en su máxima pasión en la vida.
Horizonte claro con cielo nublado, buen tiempo declarado…
“A pesar de los problemas y la situación que estamos viviendo actualmente, debemos salir adelante con actitud positiva, renovándonos, cambiando para bien. Se reorienta la brújula un poco pero el puerto y nuestro destino es el mismo: ser felices y optimistas en todo momento”.
A la mar me voy, mis hechos dirán quién soy.
“Creo que en la vida las palabras se las lleva el viento y las acciones son las que cuentan; yo soy un hombre de palabra y mis hechos lo demuestran”.
Delfines que mucho saltan, viento traen, y calma espantan.
“En la vida siempre hay fe y esperanza, no debemos perder la calma; no me dejo llevar por el canto de las sirenas y por más turbulento que sea el mar o la vida, siempre hay una salida para recobrar la calma”.
Después de perdido el barco, todos son pilotos.
“Es muy fácil dar consejos. Si hay un plan bien definido y una ruta bien trazada, se logran todos los objetivos. Nunca hay que dejar que te lleve el viento, que seas siempre tú quien lleve el timón”.
En mares y amores entrarás cuando quieras y saldrás cuando puedas…
“Navegar en el océano del amor es una gran aventura, quizá la más hermosa que puede haber en la vida. Cuando me enamoré jamás esperé volver al puerto de dónde salí porque encontré una mujer que me hace muy feliz. Creo que hemos pasado por aguas turbulentas que nos han hecho más fuertes, pero también hemos disfrutado de cielo despejado para dar gracias por los dones recibidos. Sólo quienes no son felices esperan salir de ese temporal, pero para quienes hemos tomado una buena decisión somos felices mar adentro, haciendo frente a lo que venga”.
Norte oscuro, temporal seguro.
“Hay cosas que simplemente ¡no debemos hacer!”
No salgas de puerto si las nubes no corren con el viento.
“Yo creo que hay que correr riesgos, en algún momento así como el viento, la vida cambiará, a favor o en contra, pero ya dependerá de la habilidad de cada quién para enfrentarlos, tanto la misma situación como a tu propio barco”.
Penas y olas, nunca vienen solas.
“Siempre vienen acompañadas de algo mejor: de un aprendizaje, una lección. Quizá de momento lo veamos como algo doloroso o negativo, pero recordemos que lo que no nos mata, nos hace más fuertes”.
Donde manda capitán, no gobierna marinero…
“Así es la vida, quien tiene el conocimiento y la experiencia, tendrá siempre la respuesta. Si la vida te ha puesto en ese rango es por algo. Yo soy el capitán de este negocio y mis vendedores son la tripulación que espera siempre las órdenes, escucho sus sugerencias, eso siempre, ¡pero el capitán es el capitán!”
¿Dicen que en el mar la vida es más sabrosa?
“Porque el mar es calma, es libertad, es lo más hermoso que puedes ver en la vida. Me encantan esos tonos azules del mar porque fueron los que me trajeron hasta aquí hace 21 años y aquí sigo”.
Quien el tiempo se expone a predecir, se expone a mentir.
“No podemos adelantar nada, ni los huracanes que anticipan los meteorólogos, porque hasta ellos se equivocan. Ante la voluntad de la naturaleza no podemos asegurar nada. Dicen por ahí: quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes. Tanto en el clima como en la vida, todo puede suceder. Lo que sí podemos hacer es tener los pies bien puestos en la tierra para que la tormenta no nos tire o bien, nos levantemos lo más rápido posible”.
Si el mar fuera vino, todo el mundo sería marino.
“El esfuerzo da recompensas. La meditación y las horas que le dediques a algo, siempre te dará frutos”.
En calma de mar no creas, por sereno que lo veas.
“Hay zonas donde no te puedes meter, siempre hay que tener cuidado para no hundirte; en la vida no puedes ser tan confiado de todo lo que te digan y veas, hay que aprender a sacar nuestras propias conclusiones”.
¿Cuándo te embarcaste en la industria náutica?
“Cuando me di cuenta que necesitaba hacer algo que me apasionara. Ya había hecho muchos negocios que me habían dejado dinero, pero no me llenaban. Fue una decisión que me tomó 33 años. No me subí a un velero para que me llevara donde quisiera, no, yo elegí ser distribuidor de barcos.
¿Quién es el faro que te guía?
“Dios, soy una persona muy espiritual. A los 24 años estuve a punto de morir, y desde ahí me he aferrado a él. He colaborado en varios proyectos que me han dado las herramientas para ayudar a los demás y así poder corresponder por todas bendiciones que he recibido en la vida”.
Dicen que un barco te da dos satisfacciones: la primera cuando lo compras y la segunda cuando lo vendes…
“Eso es un mito. Si tú le vendes a tu cliente lo que él quiere y no lo que tú quieres, eso no sucede. Al día de hoy no tengo un cliente que me haya devuelto un barco. Me gusta platicar con ellos para saber qué esperan del barco que quieren y así los ayudo a hacer una buena compra porque ajusto su gusto a la medida del barco que necesitan. Muchas veces he oído esa frase y siempre me río, pero sí existe es por algo…”