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Iskander Itriago: “Lo más ´padre´ es sumergir a mis hijos en el mar de la felicidad”

Hay pasiones que se heredan de padre a hijo, pero cuando se extiende a la tercera generación, es decir, los nietos, es porque los tres llevan un ADN cargado de la misma adrenalina, como es el caso de Hilario, Iskander y Loïc Itriago

Por Esteban Torres P.
Al mismo tiempo que aprendió a caminar, Iskander Itriago aprendió a nadar, era algo natural porque su padre era un buzo experimentado y su madre estaba vinculada la hotelería, al paso de los años a él le ha tocado ser el puente entre dos generaciones de amantes del mar y artistas de la cámara sub acuática por lo que quizá mañana su primogénito continúe realizando esta misma profesión…
“Si pudiera resumir en una palabra esta oportunidad sería: afortunado. Siempre es mucho más fácil empezar algo cuando tienes un maestro con un océano de conocimientos. Mi padre es un hombre que me ha apoyado en todo lo que me he propuesto, dentro y fuera del mar, de esta forma no tienes que andar experimentando y cometiendo errores, porque en la curva del aprendizaje que él ya vivió, me comparte sus mejores consejos y de esta forma estás empezando en una posición muy diferente, incluso por el equipo que se necesita -que no es nada barato-, más aún cuando uno está coqueteando con la idea de dedicarse o no a esto como hobbie o profesión. Yo empecé con equipo de excelente calidad y brinqué muchos escalones, buceando incluso desde los cinco años, por lo que es para mí como andar en bici -sin menospreciar ninguna actividad-, porque ha sido algo con lo que he tenido contacto toda mi vida, y en ese sentido trato de darle ahora todas las armas que necesite a mi hijo para que tenga un buen desenvolvimiento, para que disfrute estas pasiones que primero fueron de mi papá, después las hice mías y si mañana son también las de él qué bueno, sino yo apoyaré lo que él quisiera desarrollar. Lo importante para mí no sería que él haga lo mismo, o algo relacionado al mar, sino lo que lo haga feliz. Creo que mi papá y yo encontramos un punto de encuentro en el mar, así como pudo ser la pesca o cualquier otro deporte, para nosotros fueron las aventuras sub acuáticas, nuestros viajes y demás aventuras, explorando simplemente buscando algunos animales del mar, y eso mismo transmito a mi hijo, para que en él encuentre algo que lo apasione y lo llene. De momento me refiero mucho a Loïc porque es más grande y con el que convivo más, pero lo mismo aplica para mi hija Aleah que aún es un bebé de año y medio y con la que estoy seguro compartiré las mismas experiencias a su debido tiempo hasta que ella descubra las suyas”.

 

¿Qué recuerdo marcó tu infancia y detonó el gusto por hacer el mismo trabajo que tu padre, al que seguramente tú le has anexado algo más…?
“De los que más me han marcado fue la primera vez que buceamos en el mar, a los seis años. Es muy diferente hacerlo en la alberca a ver todo ese universo tan diferente a lo que estaba acostumbrado; amo los animales y en el mar pude sentir que vuelo. Cuando vi a los tiburones toro en Playa del Carmen, ese fue otro momento muy importante, pase del miedo a la admiración, dejé de verlos como unos depredadores que me han vendido muchos años, cuando es un animal más que al igual que nosotros, ellos también nos temen; verlos fue fascinante, tocarlos, cruzar miradas de respeto. Eso es lo que me gusta del mar, conocer esas especies que lo hacen interesante, como las orcas que conocí en Noruega, en medio de aguas congeladas con poca luz. Por otro lado, la foto es una herramienta secundaria, es una manera de documentar lo que viví, te puedo contar de otros momentos que fueron maravillosos pero que se los dejé a mi memoria, no había tiempo de tomar una foto. Lo que más me gusta es el encuentro en sí. Hay para quienes esta actividad es una especie de cacería para conseguir la foto cuidando la luz, la velocidad, y es válido porque esa es una meta muy respetable, pero lo mío es más vivencial, tengo pocas fotos de delfines porque prefiero interactuar con ellos que tomarles foto o video. Para mí nada de esto representa un trabajo, es una pasión que hago por gusto, porque el tema sub acuático y las expediciones te va dejar más satisfacciones que remuneraciones. Mis mejores ganancias no son cuantificables en monedas, son las experiencias que he vivido. Mi padre y yo coincidimos en algunas áreas pero con enfoques distintos, le agradezco por los momentos que compartimos, a veces tomando fotos pero ninguna llega a expresar la emoción que sentí que está más allá de una imagen, cada uno encausa su pasión con un toque personal”.

¿Qué consejo te dio cuando decidiste tu vocación?
“Que a pesar de las cosas que haga, los estudios que realice, tuviera clara mi pasión, pero ante todo fuera algo que me hiciera feliz. Estudié la carrera de finanzas que nada tiene que ver con mi trabajo, digamos que la complementa. Él por ejemplo ha hecho de la fotografía, del buceo, de sus cursos y sus expediciones su mundo, y lo disfruta mucho, y yo comparto todo eso con él, pero el mío va más allá, yo amo el contacto con la naturaleza y eso me llena, yo haré lo mismo con mis hijos, les daré las herramientas para que compartan mi gusto y después que cada uno encuentre el suyo””.
¿Te imaginas haciendo otra cosa en la vida?
“Realmente hay muchas otras cosas que hago en mi vida. Lo importante sería no dejar de hacer ninguna. El mar es una de tantas, mi esposa dice que cada día tengo un hobbie nuevo: vuelo en parapente, kitesurf, surfear, bucear, me gusta descubrir cosas nuevas, atiendo actualmente temas de construcción, otras cuestiones financieras, expediciones con grupos, dar cursos. Aunque a veces no puedas hacer todas con la frecuencia que quiera, no las abandono, incluso explorar nuevas. Tengo en mente hacer un viaje largo y para llevarlo a cabo debo trabajar más en todo lo que pueda para juntar el dinero; el sentido de lo que te gusta ser es lo que nunca debes de abandonar y si logras hacer una estructura para que se cumpla esa meta, será más fácil; no me veo dejando de hacer las cosas que me gustan, tanto como la vida y el cuerpo me lo permitan”.

 

¿De qué forma afectó tu visión de la vida la situación que acabamos de vivir…?
“Es un tema delicado, porque la situación por la que acabamos de pasar o bien aún estamos viviendo, tiene muchos matices, desde unos muy catastrófico perdiendo seres queridos, a situaciones muy desfavorables económicamente, si bien han mermado mis expediciones y viajes de buceo, extrañando también amigos y gente que quiero ver sin restricciones de distancia, teniendo que verlos ahora desde un medio virtual sin el contacto físico, por otro lado, he encontrado cosas muy bonitas, como el convivio con mis hijos, viéndolos crecer, eso ha sido un gran regalo. Esta pausa me permitió retomar cosas a las que no les había dado prioridad, dándoles una oportunidad, aprendiendo cosas nuevas, es maravilloso reinventarse, es un momento agridulce, sí, pero es bello ver un cielo despejado, saber que el mar está respirando de nosotros, no todo es negro ni blanco, le apuesto a las cosas buenas, a que algo bueno va salir de todo esto, será una nueva realidad”.

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