
EL AMOR ES UNA FANTASÍA DELIRANTE
POR ISABEL ROSAS MARTÍN DEL CAMPO
Con esta tarjeta en mis manos por el Día del Amor y la Amistad recordé una frase…” el amor es una fantasía delirante”. ¿A quién se la escuché decir? ¡Va! Qué importa a quién. Prefiero comenzar por preguntarme, ¿qué es el delirio? Sino una alteración de la mente invadida por la presencia de una idea falsa. Una especie de creencia que causa placer. Quizá una creencia errónea basada en el confuso deseo de sentir algo que llene a plenitud tus días en la realidad. Puede, incluso, ser un síntoma de varias condiciones médicas y psiquiátricas. El amor es una fuerza que sí se quebranta. Sobre todo, para quienes saben amar demasiado al prójimo y no a sí mismos. ¿Es el amor entonces una fantasía que danza por todo tu ser?
Porque… ¿Qué es la fantasía? La fantasía es acaso una creación de la mente que no se basa en la realidad. ¿Es una forma de imaginar situaciones, eventos o cosas que no existen en el mundo real? Porque las fantasías pueden ser placenteras y servir como una forma de escape o entretenimiento. También pueden reflejar deseos, miedos o aspiraciones profundas. Entonces, pensé que, si todo esto es el amor, en realidad no existe, no ha existido nunca. La literatura lo inventó para hacernos soñar y desear. Es un placebo con fecha de caducidad.
¡Mentira! El amor sí existe… Otro alguien me dijo alguna vez, que el amor es un motor de vida, una fuerza que no requiere más que sentirse muy adentro del alma y del espíritu. Todos lo hemos sentido, lo hemos gozado y lo hemos sufrido. Tal vez la vida se torna colorida cuando se siente el amor dentro del cuerpo. Cuando la gente se casa enamorada; o una mujer se convierte en madre del hijo que siempre deseó; o cuando el padre lleva a su hijo a jugar fútbol con él; o cuando cada maestro pone toda su pasión en dar clases; o un alumno encuentra su verdadera vocación y la transforma en un propósito de vida.
Desde esta perspectiva el amor no es una fantasía delirante sino una realidad palpable. Es algo que puede ser percibido o sentido físicamente con abundante convicción. Algo que es tan claro y evidente que casi se puede tocar como sentir. No le daré esta tarjeta a nadie, está destinada para alguien muy especial. Se la daré al amor, eso que no se sabe bien que es, pero te hace saber que él habita en ti siempre para cuando tengas ganas de sentirlo y de saberlo allí, invadiéndote todo. El amor se da si se tiene dentro es generoso y no sabe de odio puesto que el amor es noble y poderosamente sabio.
¡Feliz Día del Amor! Porque la amistad se cuece aparte.